jueves, 23 de agosto de 2018

TECNOLOGÍA PSICOLÓGICA


La psicología, como todas las ciencias, es requerida para solucionar demandas sociales, aunque muchas veces la petición se haga por un supuesto erróneo planteado por grupos o personas ajenas a la disciplina que no tienen claro lo que la psicología puede o no hacer. La aportación tecnológica que la psicología puede hacer es el análisis, evaluación, modificación y predicción de la conducta en interrelación con los factores ambientales en un contexto particular (Albarrán, 1997). Los alcances de la intervención están limitados al control que se tenga de las distintas variables que participan, por lo que no se puede asegurar un dominio total de los eventos o su predicción absoluta; "... la ciencia no pretende reproducir (lo cual sería (Bustos, 2002) prácticamente imposible) los múltiples aspectos y transformaciones propias de los eventos incluidos en su objeto de estudio, sino representar, de una manera simple y general, algunos de sus rasgos fundamentales." (Ribes y López, 1985, 235). La tecnología psicológica, entonces, se encargará de atender aquellas demandas sociales en las que se identifique que el factor fundamental es el comportamiento, examinando y orientando las variables conocidas para probabilizar un tipo de interacción especifica.

La tecnológica es el puente que la psicología, u otra ciencia, crea para hacer llegar a la sociedad su conocimiento y traducirlo en beneficios. Desde la perspectiva interconductual existen dos posiciones en cuanto a la justificación y delimitación de las áreas tecnológicas de la psicología; la primera es la de Kantor (1967) que sostiene la especialización de los subsistemas para establecer los límites y correspondencias entre las clases de problemas y la forma de abordarlos. Para poder diferenciarlos y clasificarlos utiliza los siguientes criterios: a) selección de eventos, b) énfasis en técnicas o investigación, c) formas de interpretación, y d) aplicación. Los subsistemas aplicados tienen dos usos o funciones: verificación (instrumentos o medios generales para probar o verificar el sistema comprensivo al cual pertenecen) y explotación (satisfacción de demandas sociales mediante procedimientos específicos), de los cuales ofrece tres ejemplos: la psicotecnología, la psicología educacional y la psicología clínica. La segunda posición es la de Ribes y López (1985) en la que se señala la diferencia entre la aplicación de la ciencia y la tecnología derivada de ésta, advirtiendo que el conocimiento proveniente de la ciencia básica no puede ser aplicado directamente como conocimiento tecnológico sin antes ser elaborado de modo sintético y sintetizador. La tarea tecnológica consiste en identificar las dimensiones psicológicas en los problemas prácticos y la unidad de las situaciones psicológicas concretas sin perder contacto con la ciencia básica. De tal forma que no se considera factible contar con áreas tecnológicas especializadas, pero sí el reconocimiento de circunstancias de aplicación interdisciplinarias y multidisciplinarias. 

La operación tecnológica: procedimientos y alcances

Al establecer los nexos entre ciencia básica y tecnología se pueden articular los procedimientos pertinentes a cada demanda planteada con referencia al área tecnológica particular de acuerdo al sistema conceptual y al establecimiento de categorías puente. Podemos decir que son cuatro los procedimientos tecnológicos psicológicos que podemos aplicar: 

1) Descripción psicológica: identificación de los factores involucrados en el campo interactivo y sus características particulares.
2) Contrastación psicológica: evaluación del comportamiento en contraste al contexto, situaciones criterio y criterios de logro.
3) Intervención psicológica: acciones concretas destinadas a mantener o alterar el comportamiento mediante un procedimiento especifico.
4) Estimación psicológica: Proyección de la intervención que indica en términos de probabilidad la tendencia del comportamiento de interés.
  


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